Las especulaciones sobre los últimos cambios en el algoritmo de Google han abierto un debate entre los expertos en SEO y han asustado probablemente a gran parte de las empresas que han contratado servicios de posicionamiento web.

Y es que se comenta que “Google va a penalizar en sus resultados a aquellas webs que incidan mucho en el SEO”. Esto, como no, ha supuesto una alarma para todos. Pero sin embargo no se debe sacar de contexto.

El SEO, entendido como una práctica dentro de la estrategia del marketing online de una empresa, con la que se pretende fomentar la mejora no sólo de resultados en forma de posiciones en los buscadores, sino también de adecuación a las necesidades de los usuarios, de las preferencias de los consumidores, de su mayor comodidad “on-site” y del interés que generen sus contenidos, nunca podrá ser penalizado.

En el momento en el que los “SEOs” nos alejemos de una estrategia basada en los usuarios, atendiendo también claro a lo que los buscadores creen que es bueno para ellos, y sólo pensemos en los motores de búsqueda, y en la intención de un crecimiento artificial de enlaces, reputación e imagen de una empresa, nos estaremos equivocando de pleno.

Con esto se relaciona la “criba” avanzada por Google y que seguramente ya se está llevando a cabo.

Todo lo relacionado con el “spamming”, “cloacking” y con técnicas similares, obviamente, va a ser mucho más perseguido. Pero no sólo eso, y el sentido común será el mejor aliado.

A tener en cuenta:

1. La búsqueda de enlaces centrada única y exclusivamente en una sola keyword principal, puede provocar justo lo contrario de lo esperado. Resulta una técnica artificial e irreal. Además, la variedad nos ayudará a mejorar por diferentes palabras clave

2. La optimización “on-page” basada en la repetición de los mismos conceptos en toda la web. Obviamente, los usuarios no sólo buscan de una forma los productos o servicios que tú puedas ofrecerles. Adecúa tu web a esta circunstancia e investiga esas distintas consultas para plasmarlas en todo el sitio. Siempre con coherencia, que cada optimización de sección interna tenga sentido con lo que vamos a mostrar al cliente ahí.

3. La masificación de palabras clave en textos, imágenes, documentos, etc. Es algo sabido, pero además de la frecuencia o densidad… ¿Acaso no es más natural un texto que reparte la aparición de la/s palabra/s clave en toda su extensión, y no comienza ya “bombardeando” desde el inicio con diversas keywords en la primera y segunda frase?

4. Duplicidad de enlaces internos y contenidos. Un aspecto que con Google Panda ya quedó instaurado entre las adaptaciones que la web había de cumplir para su posicionamiento. Cada sección es diferente, los usuarios desean encontrar contenido diferente en ellas, y por ello, ha de ser así.

Y en cuanto a los enlaces internos, si ponemos más de uno hacia el mismo sitio, ¿acaso no estaremos ubicando en un buen lugar el primero, si creemos necesario repetir el mismo (para “forzar” al usuario a que visite esa sección).

5. Relación temática o no generar falsas expectativas en los usuarios. Si ofrecemos un determinado producto o servicio, y la estructura de la web está enfocada a mostrar las diferentes posibilidades, que nuestra estrategia de posicionamiento (tipo de palabras clave) para cada una de esas secciones coincida con lo que mostramos en ellas, y también con lo que el usuario esperaba encontrar al realizar su consulta en el buscador y visitar nuestro sitio.

Las intenciones de Google son claras, que los usuarios cada vez estén más contentos y satisfechos con los sitios que primero van a visitar. Que la calidad de contenidos, actualización y servicio se corresponda en mayor medida con la posición que cada web ocupa.