El CPM o coste por mil, lleva mucho tiempo entre nosotros y sus orígenes se remontan a la publicidad mostrada en televisión, radio o prensa. En estos casos, se vende publicidad dependiendo de la audiencia del medio mientras que en Internet es más fiable, dado que se puede medir la cantidad de veces que ha aparecido un anuncio publicitario.Es uno de los modelos de coste que más se usan en las campañas de reconocimiento de marca o de branding. Con ello se asegura que el anuncio se ha mostrado tantas veces como se haya pagado. No asegura ni conversiones ni visitas, por lo que no se recomienda para promocionar una marca, producto o servicio.